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El uso del frío como terapia inmediata en las lesiones de los tejidos blandos en la práctica del balonmano

03 Nov 2014
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El balonmano es un deporte de mucho contacto en el que el organismo completo sufre embates continuos, siendo las partes blandas (músculos y ligamentos, principalmente) del sistema osteomuscular, las que más sufren dado que están sometidos a seguidos y extenuantes esfuerzos de tipo explosivos durante cortos periodo de tiempo que requieren de una preparación previa (calentamientos y estiramientos adecuados) para evitar lesiones (Anderson B.,2004; Nelson A, Kokkonen, 2009; Walker B., 2010).

Dada las características técnicas del juego que se desarrolla con carreras en arranques explosivos (sprints), giros intensos, estiramientos repentinos, paradas bruscas, saltos, caídas, contorsiones, así como los inevitables golpes, encontronazos, colisiones, etc., que en la mayoría de las ocasiones son controlados y absorbidos por el cuerpo del jugador sin mayores consecuencias, en muchas ocasiones es muy probable que la lesión aparezca por un motivo u otro.

La intensidad   del esfuerzo, del giro, de la carga o del encontronazo, supera la fortaleza de la zona afectada (normalmente una extremidad o articulación) y se produce la lesión. Las lesiones deportivas habituales en este caso, incluyen las contusiones (golpe directo sobre una parte corporal, músculo) como las más comunes, seguidas de las distensiones ligamentosas, luxaciones, y subluxaciones (afortunadamente en menor medida). Algunas veces también se producen abrasiones o laceraciones.

Cuando se produce la lesión se desencadena la activación del sistema inmunitario con la activación de una serie de elementos tisulares que actúan en cascada desarrollando el proceso inflamatorio (cuyo fin es la reparación del tejido lesionado eliminando las células deterioradas y sustituyéndolas por nuevas de tipo fibrótico en un intento de reparación tisular y cicatrización), con los típicos síntomas del rubor (enrojecimiento), dolor, calor, edema (hinchazón) y la impotencia funcional.   El rubor producido por la vasodilatación y aumento del flujo sanguíneo en la zona, que a través de la activación de mediadores químicos llamados también péptidos vasoactivos, estimulan la salida de células reparadoras y líquido al espacio perivascular o intersticial lo que favorece el edema o la hinchazón de la zona. Al mismo tiempo, por efecto de esos péptidos vasoactivos (histamina, quinina, ácido araquidónico, etc.) se produce irritación de las terminaciones nerviosas adyacentes que junto a la presión provocada por el edema se desencadena el dolor que hacen imposible que la persona pueda utilizar la zona afectada, lo que genera la impotencia funcional ( Swearinger P, 2008;Weiss et al, 2009).

Ante esta situación, el objetivo principal es controlar el proceso inflamatorio, disminuyendo la temperatura, la producción de edema y de los péptidos vasoactivos, con lo que se controlaría el dolor por una parte, mientras que con el reposo inmediato se facilitaría la recuperación funcional.

En este sentido, el uso del frío inmediato (hielo picado en una bolsa y no en contacto directo con la piel, en bolsas tipo cold pack, guisantes o lentejas congelados, en spray, etc) es muy recomendado pero varía en función del objetivo del uso terapéutico. En este caso, el objetivo principal es que se alivie el dolor y en segundo lugar se frene el proceso inflamatorio para poder recuperar cuanto antes al jugador.

Lo útil es emplearlo de manera inmediata tras la lesión, aplicándolo de forma tópica (en spray, si es posible) y en la misma área de juego para que se mantenga en la zona corporal afectada y provoque el alivio inmediato. Si la lesión es más intensa y el jugador manifiesta imposibilidad de seguir jugando de manera momentánea, es preferible el cambio del mismo para practicar una exploración breve y al tiempo recomendar un corto periodo de reposo aplicándosele el frío. Este debe hacerse durante al menos 5 minutos, manteniéndose el mismo de manera continuada no más de 10 minutos, si se prevé que el jugador vaya a volver de nuevo al juego. En caso contrario, el frío se podría mantener hasta 20 minutos como máximo, siempre protegiendo la piel para evitar el contacto directo con la misma, dado que se podría provocar quemaduras por el efecto del mismo (Beakley et al., 2014).

Durante las posteriores 48-72 horas, el hielo debe ser aplicado cada 2 horas, durante 10-20 minutos. Diversos autores (Bleakley et al, 2012; Hubbard T. Denegar C, 2004; Rupp K, Saliba S, 2014; Walker B, 2010), han constatado que el uso del hielo tiene propiedades analgésicas locales, si se utiliza en esas dosis y en ese tiempo. En este sentido, se recomiendo que si se ha producido un enfriamiento de una zona muscular por más de 20 minutos, y el jugador se encuentra en disposición de jugar de nuevo, es recomendable recalentar la zona con ejercicios o incluso con bolsas de calor que permitan activar de nuevo dicha zona enfriada. No hay que olvidar que bajo esas circunstancias el músculo tiene mermada sus capacidades en cuanto a fortaleza y resistencia haciéndolo más vulnerable, por lo que afectaría sin ninguna duda, no solo a su rendimiento deportivo en cuanto a agilidad, velocidad y destreza, sino a los propios tejidos musculares dañándolos (Bleakley, Costello, Glasgow, 2012).

Referencias bibliográficas:

1 - Anderson B.(2004): Estirándose. Barcelona. RBA Integral. pp 154-55

2- Bleakeley C, Costello J,Glasgow P.(2012): Should athletes return to sport after applying ice?. A systematic Review of the effect of local cooling on functional performance. Sports Med: 42(1):69-87.

3 – Hubbard T, Denegar C(2004): Does Cryotherapy improve outcomes with soft tissue injury?. Journal of Athletic Training. 39(3):278-279.

4- Nelson A. Kokkonen J.(2009): Anatomía de los estiramientos. Madrid. Tutor.

5- Rupp K, Saliba S.(2014): Should athletes return to activity after cryotherapy? Journal of Athletic Training. 49(1):95-96.

6-Walker B(2010): Anatomía de las lesiones deportivas. Barcelona. Paidotribo.

7-Weiss E, Hirsch T, Cooper G( 2009):Herramientas de prevención y tratamiento de las lesiones deportivas. En: Gotlin R(editor): Guía Ilustrada de las lesiones deportivas. Madrid. Tutor.pp:31-54.

Doctor José Enrique Hernández Rodríguez es enfermero y profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria).

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