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Un calvario de rodillas de las jugadoras de balonmano

30 Mar 2017
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Una docena de jugadoras sufre rotura de ligamento cruzado anterior en lo que va de temporada

Esther Arrojería es la última jugadora española de balonmano que ha caído víctima de una plaga: la lesión de rotura de ligamento cruzado anterior de rodilla. La central del Bera Bera la sufrió en la reciente concentración de la selección. Otra de las convocadas, Anna Manaut, ni siquiera se incorporó debido a la misma lesión mientras jugaba con el Besançon francés. Desde que comenzó la actual temporada una docena de jugadoras de la Liga Loterías han sido víctimas del temible cruzado anterior, cuya rotura implica un periodo de baja mínimo de seis o siete meses.

El balonmano es el tercer deporte con más incidencia de esta lesión, tras el fútbol y el esquí, y la frecuencia entre las mujeres es el triple que entre los hombres, una relación que se observa también esta temporada en la élite española: cinco jugadores de la Liga Asobal la han sufrido. El principal motivo detrás de esta maldición para las mujeres reside en la anatomía femenina. La mayor anchura de caderas provoca un valgo en las rodilla (en forma de x), una estructura más favorable para la mecánica del movimiento que provoca la lesión. Influye igualmente la mayor laxitud articular, que se acentúa en la etapa preovulatoria del ciclo menstrual.

rodillas ligamento lesiones marzo 2017 1

"También a nivel biomecánico presentan más problemas que los hombres porque su escotadura es más estrecha y deja menos espacio para el ligamento, y aumentan las posibilidades de rotura. Quien se rompe un cruzado anterior tiene más riesgo de romperse el de la otra rodilla", explica el doctor César Flores, que se encarga de la selección femenina de balonmano desde 2004 y fue quien operó el pasado sábado, junto con el doctor Manuel Leyes, a Arrojería. El trabajo de propiocepción y el fortalecimiento de los isquiotibiales serían las mejores medidas preventivas.

ALARMA

El riesgo del cruzado amenaza tanto a figuras como a jugadoras aficionadas, cada vez con más frecuencia, jóvenes. Pero hay otro factor que explicaría este repunte. "Nos preocupa desde hace tres temporadas", reconoce el coordinador técnico femenino de la Federación Española, Ángel Sandóval. "Entre 1996 y 1999 surgió un proceso semejante que nos escandalizó. Pusimos en marcha un trabajo de prevención, pero lo que lo cambió todo fue el dinero que llegó al balonmano femenino. Entonces se redujeron enormemente los casos. Ahora, tras la crisis, casi ningún equipo hace doble sesión de entrenamiento. Trabajan hora y media por la tarde, calientan, estiran y a entrenarse. Sólo en pretemporada o en Navidades se dedica tiempo a la preparación física y no se trabaja individualmente con las jóvenes", describe una situación que, sostiene, propicia la proliferación de la rotura de la rodilla.

La Federación Española pidió a los clubes información de las lesiones en sus plantillas para elaborar un estudio al respecto y trazar un plan de preparación enfocado a la prevención. Sólo cuatro de la División de Honor respondieron al requerimiento. "Mientras no cambien las circunstancias económicas es difícil atajarlo", incide Sandóval.

Vía: Marca

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