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Aspectos Psicológicos (6)

Un problema muy común entre los componentes de un equipo es la aceptación del rol por parte de todos/as los/as integrantes. Con frecuencia, encontramos a jugadores/as que al no jugar los minutos suficientes sienten que no están contribuyendo con el equipo o, incluso, se sienten dejados de lado.

Es labor nuestra, de los/as entrenadores/as, ayudar a que cada jugador/a acepte el rol que tiene dentro del equipo.

¿Cómo podemos hacer esto?

Primero, debemos de minimizar las diferencias de estatus entre roles, es decir, que entre los componentes del equipo no exista la creencia de que el importante es el que marca los goles o el que es designado como capitán.

Segundo, tenemos que enfatizar que el éxito del equipo depende de la contribución de cada uno de los miembros que forman dicho equipo, y sin la suma de todos/as y cada uno/a, el éxito no llega.

Tercero, debemos de intentar darles roles de importancia a los jugadores/as que sientan que tienen menos peso en el equipo. Que sean los encargados/as de la música, los/as primeros/as al posicionarse en la fila, dar la opción de que sean capitanes/as a medio o corto plazo, u otorgarle la obligación de animar al resto de sus compañeros/as durante los entrenamientos y partidos. Esto es lo hemos llamado el rol del "cheerleader", cada semana dos jugaores/as son los encargados/as de resaltar las virtudes de sus compañeros/as, animar, aumentar y pedir intensidad a sus compañeros/as.

¿Cómo se lo explicamos?

Realizamos una sesión grupal en la que debatimos por grupos sobre las siguientes preguntas:

¿Cuántos/as jugadores/as están dentro del campo jugando?
Los/as de balonmano responderán 7, los/as de fútbol responderán 7 u 11, dependiendo de la categoría.

Muy bien, ¿y cuántos hay en el banquillo? 7, 5…, los/as que sean. La cosa es la siguiente: si todos/as los jugadores/as que están en el campo juegan dándolo todo tendremos una fuerza grupal de 7, ¿y si todos/as los/as que están en el banquillo están de la misma manera, aportando todo lo que pueden desde su posición? Tendremos más fuerza, ¿no?

Imaginemos que el otro equipo tiene 15 jugadores/as todos/as motivados/as, animándose entre ellos/as y disfrutando aunque estén sin jugar; mientras que nosotros/as tenemos 15 pero 3 de los compañeros/as que están en el banquillo están “tristes o enfadados/as” por no jugar... Si veis, ya no tendríamos una fuerza de 15, sino de 13. Pero ellos/as sí... ¿quién presenta más probabilidades de ganar el partido en esta situación?

La conclusión

Por eso nosotros/as siempre debemos ser los que tengan a todos/as y cada uno de los jugadores/as enchufados/as, dispuestos/as a dar su 100% donde les toque. ¿A caso si estáis lesionaos/as no animáis a los/as compañeros/as? Al revés, os volcáis más con ellos/as porque es la única forma de ayudar. Esa debe ser vuestra actitud cuando estéis sentados en el banquillo, la de sumar a vuestro equipo, la de mandar toda la fuerza posible, la de hacer que vuestros/as compañeros/as crean que se pueden esforzar un poquito más...

Vía: Psicohandball

Juega LIMPIO, Educa en VALORES

31 Ene 2016
1175 veces

El pasado año, la Federación Andaluza de Balonmano, ante la cercanía de la celebración de las distintas fases finales tanto autonómicas como nacionales de las competiciones de deporte base, llevó a cabo la campaña “Juega Limpio, Educa en Valores” con el objeto de erradicar las situaciones de “mal gusto” vividas en temporadas anteriores, por padres, madres y familiares acompañantes.

El comportamiento que los padres y madres tienen en la grada no debe cuidarse únicamente porque afecte al rendimiento deportivo de nuestros/as hijos/as, sino porque trasciende mucho más allá y tiene efectos sobre cada uno de los diferentes aspectos de sus vidas.

Puesto que los padres y madres no siempre son conscientes de la repercusión que para sus hijos e hijas tienen las acciones que llevan a cabo cuando acuden a verlos practicar su deporte favorito, este decálogo trata de concienciar a los progenitores del importante papel que juegan en las diferentes situaciones de la vida deportiva de sus hijos y de la necesidad de comportarse siempre de una forma ejemplar en cada una de ellas.

Desde aquí, y sin querer desvirtuar esta magnífica iniciativa, hemos querido convertir este decálogo en acciones positivas.

Padres, madres y acompañantes, QUEREMOS jugar a balonmano, pero con estas 10 REGLAS:

1.- Dame instrucciones como si me susurraras al oído. 

2.- Quiero consejos y tu opinión sobre el partido. 

3.- Te invito a que intercambies impresiones con el/la entrenador/a de cómo viviste el partido desde la grada. 

4.- Apoya a mis compañeros/as igual que a mí.

5.- Gracias a mi oponente, podré seguir jugando a lo que más me gusta. 

6.- Los árbitros son igual que TÚ y que YO: también se equivocan. 

7.- Respeta al resto de aficionados/as como te gustaría que lo hicieran contigo. 

8.- Acompáñame y aníname a aprender de mis errores. 

9.- Ríete y diviértete. 

10.- Lo haré lo mejor que pueda.

El pasado 22 de junio, RTVE en su espacio 'Documentos TV', estrenó 'Del podio al olvido', un documental de producción propia que se acerca a la vida cotidiana de un grupo de deportistas que en su día fueron considerados héroes. Ocuparon portadas y titulares por sus éxitos deportivos. Hoy viven en el anonimato tratando de rehacer sus vidas tras lo que se conoce como “el duelo de la retirada”.

“El deporte te hace creer que uno puede vivir en una ilusión. A veces digo que el deporte es como si fuera un mundo dentro de otro mundo. Pero uno tiene que darse cuenta de que es un mundo pequeño desde el que luego hay que salir al grande. Eso sería una de las grandes decepciones del deporte: el pensar que uno va a tener reconocimiento para siempre o que uno va a tener perfección para siempre”, cuenta María Fernández Ostolaza, que vivió dos retiradas, como gimnasta y como entrenadora.

“Cuando te retiras tienes que pasar un duelo. Es un momento de tristeza, melancolía. Se te juntan muchos sentimientos y tienes que reinventarte” afirma Julio García Mera, uno de los mitos del fútbol sala en España y autor de 'Cuando el deporte te abandona'.

El documental se acerca a la vida de un mito del atletismo, Jordi Llopart que recientemente se enfrentó a la experiencia del paro. “No he querido pedir limosna, quiero un trabajo porque sé que voy a morir con las zapatillas puestas” afirma.

Otros testimonios son los de Carolina Pascual, medalla de plata en Barcelona 92 (“Para mí fue un poco difícil la retirada. Nos sentimos como solos, perdidos”); Montse Puche, una de las mejores jugadoras del balonmano español (“No te esperas que una vez terminas tu carrera, ya no existes para nadie”); Joan Lino Martínez, el saltador de longitud que logró el bronce en los JJOO Atenas 2004 (“Aunque pensemos que el deporte nos ha dado todo, cuando terminas ahí eres una persona más en un mundo laboral muy amplio”); la judoca Leire Iglesias, diploma en los JJ.OO. Pekín 2008 (“Cuando acabas tienes un año o dos que estás y no estás”); Marina Ferragut, una de las jugadoras que más veces ha vestido la camiseta de la selección femenina de baloncesto (“No eres consciente de cuándo va a pasar, ni te lo planteas. Muchas veces no quieres ni oírlo. Ya llegará y cuando llegue, ya veremos); la triatleta campeona del mundo, Pilar Hidalgo (“Yo con 35 años me vi como una niña de 10: no he estudiado una carrera, no tengo experiencia laboral, no me he relacionado con personas ni socialmente. Digo ¿dónde voy?”).

Las palabras de estos deportistas de diferentes generaciones son una muestra de las dificultades con las que se han tenido que enfrentar y para la que no estaban preparados.

Un documental muy interesante que se encuentra en el apartado de 'Formación' de esta web y que tiene una duración aproximada de 59 minutos. 

{youtube}HasU6rRafEw{/youtube}

Vía: RTVE

La situación actual del balonmano de base es complicada cuanto menos, por motivos ajenos a nuestro deporte y también, no nos restemos culpabilidad, por algunos provocados por nosotros mismos. Sin embargo seguimos pensando que jugar al balonmano es una decisión totalmente acertada para los niños/as que en un futuro ocuparán los titulares de nuestras noticias.

Se trata de un deporte colectivo, en el cuál se potencian las cualidades individuales, pero la fuerza del equipo reside en el conjunto. Tus hijos/as aprenderán a identificar un objetivo común como suyo propio, aprendiendo a trabajar en equipo.

1

¿Te parece esto importante para su futura vida laboral?

¿Porqué balonmano y no fútbol? Los niños repiten lo que ven, copian el grito de Ronaldo al marcar un gol, las protestas a los árbitros de los futbolistas, los piscinazos y simulaciones tratando de engañar a los colegiados… en el balonmano no hay lugar para simulaciones, es un deporte de contacto real, está claro, pero es noble y con valores. No quita que todos conozcamos alguna excepción, pero simplemente son eso, excepciones. En el fútbol se dan estas circunstancias en absolutamente todos los partidos que puedas ver.

2

¿Dónde piensas que puedes encontrar un mejor ejemplo para tus hijos?

El balonmano es un deporte global, pero siempre los que lo practicamos nos referimos a él como una gran familia, dado que prácticamente todos nos conocemos de una u otra manera. Como todas las familias, el balonmano crea vínculos más importantes que la misma práctica deportiva. Aquel que compartió contigo sudor en la cancha de entrenamiento, formará parte de tu vida para siempre. Es lo que tienen los deportes con menos repercusión mediática, crean enlaces relacionales para sustentarse sin depender tanto de apoyos ajenos.

3

¿Crees que tus hijos podrán necesitar en un futuro esto?

El balonmano requiere sacrificio, dedicación y esfuerzo a raudales. Los jugadores que no ponen todo esto en cada jugada y cada entrenamiento no consiguen explotar todo su potencial, sea el que sea. El equipo exige de sus componentes todo esto para conseguir el objetivo, sobre todo en los momentos complicados.

4

¿Pueden necesitar este espíritu de sacrificio tus hijos/as para aprobar sus exámenes?

Es cierto que el balonmano no pasa por su mejor momento económico, pero de lo que sí podemos vanagloriarnos es del alto nivel de sus entrenadores. En cualquier equipo se pueden encontrar varios entrenadores que formarán a tus hijos/as de manera ejemplar en la práctica de un deporte que es vibrante, veloz y simplemente precioso.

5

¿Tienes la convicción de que en cualquier deporte que realicen contarán con los mismos medios humanos?

Son sólo cinco razones para elegir el balonmano, pero podríamos añadir muchas más, sin embargo creemos que estas son suficientes para ilustrar que el balonmano SÍ es una gran opción para que los niños y niñas practiquen deporte. Si tú también piensas como nosotros, comparte esta publicación, quizás consigamos que algunos padres y madres la lean y se convenzan de que el balonmano también es una actividad extraescolar necesaria para sus hijos e hijas. 

Vía: El Patio del Balonmano

 

¿Qué entrenador no ha oído alguna vez...?

¡El Martes no puedo venir que tengo un examen! ¡Esta semana no puedo venir que tengo que estudiar! ¡Mi hijo no vendrá el miércoles porque no le da tiempo, tiene que estudiar!

¡Yo si la he oído! y como entrenador me preguntaba...

¿Qué le digo yo ahora? ¿Cómo gestiono esto? ¿Es que los demás no estudian?

He entrenado varios años un equipo juvenil, posiblemente la categoría mas conflictiva, ya que el bachiller es muy muy importante, no solo porque hay que aprobarlo sino por que hay que sacar la mejor nota posible de cara al acceso universitario.

Al acabar el partido del sábado (normalmente sobre las 7 de la tarde), alguna conversación fue así:

- JUGADOR: “¡El martes no puedo venir que tengo un examen el miércoles!”
- ENTRENADOR: ¿Esta tarde, mañana durante todo el día o el lunes que vas a hacer?
- J: Ahora hemos quedado para salir a cenar, mañana descansare todo el día, si me da tiempo… bueno es que no puedo venir, que así estudio y lo preparo mejor!
- E: ¿Entonces el martes vas a estudiar toda la tarde? ¿Por qué no lo has preparado todo antes? ¿Por qué no adelantas trabajo y vienes a entrenar? ¡Te vendrá bien para despejarte!
- J: Es que no me da tiempo, y no he podido hacerlo antes, así estudio toda la tarde.
- E: ¡Vale no te preocupes, pero saca nota! ¡Pero hay que organizarse mejor!

¿Pensáis que chicos con este perfil eran los mejores académicamente? Precisamente eran los que siempre estaban “apagando incendios”, los que estudiaban al día, los que mas salían, los que mas desorden llevaban en el día a día, sin embargo había otro tipo de perfil, chicos que no bajaban del 9 de media, eran los que mas entrenaban, lo hacían con su equipo y si podían se quedaban con el de la categoría superior, los que mas motivados estaban ya que cumplían con creces su compromiso deportivo, mas el académico y el familiar, los que daban el 100% en todo lo que hacían, los que tenían claro a donde querían llegar y como, también el esfuerzo que suponía ser quien querían ser, se organizaban las tareas minuciosamente, había sobre todo un chaval, que era un espectáculo y un ejemplo a seguir, ya que su objetivo claro, clarisimo era ser médico, y jugar al balonmano, sus dos pasiones por las que cada día merecía todo el esfuerzo que requería cumplir el compromiso sobre todo consigo mismo, y con los compañeros, de hecho esta estudiando medicina y jugando a gran nivel, pero eso te lo da solo la autodisciplina que requiere cumplir un horario y un plan.

 

“LA VERDADERA LIBERTAD NOS LA DA LA AUTO-DISCIPLINA”

Todos pensamos que la libertad es hacer lo que nos venga en gana, pero las personas que parecen más libres son las mas disciplinadas, enfocadas y auto-dirigidas, para muchos chavales la libertad es acostarse a la hora que les plazca, dormir toda la mañana, hacer lo que se les ocurra en el momento, eso no es malo, todos hemos sido jóvenes y mientras que no sobrepasen unos límites, límites que todo el mundo necesita, ya que si no pueden llevar al caos, al conflicto, a la frustración, la indisciplina causa dolor y apatía, el no saber donde estoy y donde quiero ir no es sano.

O les enseñamos a auto disciplinarse o serán disciplinados por otros, hablamos de su vida fuera del deporte por supuesto, por eso es tan importante cumplir con tus compromisos y tener orden, es una enseñanza para la vida, que aprendan a estructurar sus vidas alrededor de objetivos ecológicos y beneficiosos para ellos, eso les permitirá manejar sus vidas y tendrán la libertad para elegir su camino, la indisciplina les alejara de él por infinidad de pequeñas decisiones descuidadas e improvisadas, el deporte es un premio algo que les gusta, pero también es un aprendizaje de lo que es el fracaso y el éxito, el trabajo duro, la perseverancia, el compañerismo, el compromiso y otra innumerable lista de valores que te aporta.

Os pongo un caso práctico de un cadete de primer año (13 años). Su pasión es el balonmano, quiere entrenar con juveniles, ¿que trastorno supone para él?, que debe adelantar trabajo los días que no entrena, seguir descansando lo que necesita para regenerar cuerpo y mente, en definitiva poner mas carne en el asador, ya que debe mantener las notas como mínimo, esforzarse desde primera hora de la mañana para atender al máximo en clase y ser participativo, así todo el estudio y trabajos posteriores serán mas sencillos, si hace esto y estudia bien, tampoco necesita apoyo (academias), con lo cual va más desahogado.

¿De dónde saca el tiempo? ¿Es imposible? Este es su planning semanal:

 calendario semanal

Cumplirlo necesita de motivación y autodisciplina, y mucho esfuerzo, para quitarse otras distracciones que no le aportan nada, su vida social y amigos los tiene en su entorno y utiliza el tiempo en lo que le apasiona “balonmano” y en lo importante que tiene que hacer “estudios, descanso, alimentación”, aun así quedan muchos huecos libres, ¿verdad?, al organizarte minimizas que los ladrones del tiempo te lo roben, no ocupas tu tiempo con cosas que no te aportan nada, las haces realmente si te apetecen y no entorpecen tu camino, sabes a donde vas y como quieres ir.

 

¿Como gestiono eficazmente mi tiempo?

1. ¡HAY QUE QUERER HACERLO! Querer realmente cambiar los hábitos improductivos para adoptar otros más beneficioso y encaminados hacia lo que realmente quieres.

2. SABER LOS BENEFICIOS QUE TE APORTARA EL CAMBIO para tener una fuerte motivación.

3. PLANIFICAR Y PASAR A LA ACCIÓN, crear un plan estratégico, para repartir tus tareas y horas disponibles, sabiendo claramente lo que quieres y lo que necesitas pagar para conseguirlo, priorizando las tareas que te enfoquen a tus objetivos.

 

¿Por qué debemos planificar?

- Descarga la memoria.
- Tiene un efecto psicológico motivador.
- Facilita la orientación hacia los objetivos.
- Evita la distracción.
- No se olvida lo que pueda quedar por solucionar.
- Sirve de control del tiempo perdido.
- Ayudan a decir No.

 

LA GESTIÓN DEL TIEMPO PUEDE RESUMIRSE EN ESTE DECÁLOGO:

1. Planificar por adelantado.
2. Programa actividades de ocio.
3. Promete menos y cumple más.
4. Divide los trabajos grandes en tareas manejables.
5. Haz un seguimiento de tus progresos.
6. Establece parámetros para decir “No“.
7. Haz y sigue una lista de prioridades.
8. Agrupa tareas según las capacidades requeridas.
9. Mantén los ojos abiertos para encontrar atajos.
10. HAZ LAS COSAS DE UNA EN UNA.

Escrito por: Kike Fernández (Coach personal y deportivo)
Vía: Kike Coach Deportivo

“Me siento triste cuando mi padre me regaña después del partido. Me dice que no he jugado con intensidad, que así no seré nunca un jugador de Primera División, que fallo en los pases porque me falta concentración. Y mi madre le apoya. Dice que juego como si no me importara ganar. También me echan en cara que se gasten dinero en mí y que me dedican muchas horas llevándome y recogiéndome del fútbol. A mí me gusta jugar al fútbol, me gusta aprender cosas nuevas, dar un pase de gol, estar con amigos, ganar, pero tampoco me importa mucho perder, porque eso es lo que nos dice el míster. Pero últimamente ya no disfruto, vengo a jugar los fines de semana nervioso, pensando que si no le gusto a mi padre, lo oiré gritar desde la banda, me dirá que me mueva, que espabile, y a veces me siento tan nervioso que no sé ni por dónde va el balón. Si vale la pena seguir viniendo cuando ya no disfruto. Pero si decido no jugar más, también les voy a decepcionar”.

Son muchos los padres y madres que acompañan a sus hijos a los partidos, competiciones y entrenamientos. Se sientan en la grada, observan, les dan directrices y se involucran en el deporte de sus hijos como si ellos fueran los que dirigen. Existen diferentes especímenes de padres y madres.

Los que asumen papeles positivos. Son aquellos en los que el interés del padre está en que su hijo disfrute de lo que hace.

El padre taxista. Acompaña a su hijo, le deja en el entrenamiento, le recoge. Suele ser un padre al que los deportes le gustan bastante poco, pero le interesa que su hijo sea feliz.

El padre positivo. Anima, refuerza, se preocupa por cómo han ido los partidos. Le transmite entusiasmo sin presión. Felicita al chaval por el mero hecho de jugar y entrenar.

El padre involucrado. Le gusta participar en las decisiones y propuestas del club. Se interesa por la formación de los chavales o porque el centro obtenga ingresos. Este tipo de padres son activos en la divulgación de valores en el club y participan con cualquier acción que pueda mejorarlo.

Existen otros papeles, los negativos. Son aquellos en los que el comportamiento del padre influye negativamente en su hijo, generándole presión, exigiendo resultados y poniendo unas expectativas por encima de lo que el entrenador o el club esperan del niño.

El padre pesado. Se pasa todo el día hablando de lo bien que juega, nada o corre su hijo y de que apunta maneras. No presiona directamente al niño, pero sin querer le traslada que su valor como chaval está en el juego.

El padre entrenador. Grita directrices desde la banda, corrige a su hijo cuando se monta en el coche, incluso contradiciendo las indicaciones del entrenador. Genera confusión en el niño, que por un lado tiene una idea de juego que el profesional trata de inculcarle, y por otro, la versión de su padre o madre. En deportes como la natación, este padre está en la grada paseando de punta a punta de la piscina, cronómetro en mano, midiendo tiempos y apuntando en una libreta. No es de recibo crear presión en el niño con distintos mensajes. ¿A quién cree que debería obedecer su hijo?

El padre que se cree Cholo Simeone. Trata de motivar, transmitir garra, le pide al hijo que se entregue, que se esfuerce, que se deje la piel en la cancha, que trabaje, que compita como si se le fuera la vida en ello. Pero olvida algo muy importante: ni su hijo es un jugador de Primera División que tenga que ganarse la vida jugando ni él es el entrenador del Atlético de Madrid. Solo consigue que su hijo pierda de vista los valores que le transmite el club, donde normalmente prevalece la generosidad por encima de la individualidad, disfrutar y aprender por encima de los resultados, y el juego limpio por encima de competir a cualquier precio.

El padre que resta en todos los sentidos. Da gritos desde la grada, desacredita al míster, le dice a su hijo que no entiende por qué él no juega cuando sus compañeros son peores que él, se comporta de forma grosera con el rival, insulta al árbitro y otras impertinencias más. Es el padre del que cualquier hijo se sentiría avergonzado.

Los motivos por los que los padres pierden los papeles son diversos. Muchos esperan que sus hijos les saquen de pobres convirtiéndose en Nadales o Cristianos. Otros desean que su hijo gane todo porque sus victorias son sus propios éxitos, es la manera de sentirse orgullosos del chaval y presumir de él delante de sus amigos y en el trabajo. Otros proyectan la vida que ellos no pudieron tener. Otros no tienen ningún autocontrol. No lo tienen en el partido de sus hijos, ni cuando conducen, ni cuando se dirigen a las personas. Y por últimos están los que cruzan los límites sencillamente porque no tiene consecuencias. Saben que está mal, pero su mala educación o ausencia de valores les hace comportarse como personas poco cívicas y desconsideradas.

El valor está en hacer deporte, porque es una conducta saludable, pero sobre todo en ser capaces de divertirse y relacionarse con los amigos. Lo demás no importa. Si no le presiona para que se supere con la consola de videojuegos, ¿por qué lo hace cuando va a los partidos? En el momento en el que la palabra jugar pierde valor –“jugar al baloncesto”, “jugar al fútbol”, “jugar al tenis”–, su hijo dejará de disfrutar y no querrá seguir yendo.

 

Si es padre o madre, recuerde, por favor, que es un modelo de conducta para su hijo y para sus compañeros de equipo. A los hijos les gusta sentirse orgullosos de sus padres y, en cambio, lo pasan terriblemente mal cuando se les avergüenza. Ser modelo de conducta conlleva mucha responsabilidad, porque sus hijos copian lo que ven en usted. Y su forma de comportarse debe ser la ejemplar para que facilite el aprendizaje de una serie de valores que acompañan al deporte.

Si como padre o madre desea sumar, tenga en cuenta el siguiente decálogo:

1. Recuerde el motivo por el que su hijo hace deporte. El principal es porque le gusta. Existen otros, como practicar una conducta sana, estar con amigos o socializarse. El objetivo no es ganar.

2. Comparta los mismos valores que el club. Busque un centro deportivo afín a su filosofía de vida.

3. No dé órdenes. Solo apóyele, gane o pierda, juegue bien o cometa errores.

4. No le obligue a entrenar más, ni a hacer ejercicios al margen de sus entrenamientos. Su hijo no es una estrella, es un niño. Aunque tenga talento, puede que no quiera elegir el deporte como profesión y solo lo practique por diversión.

5. No presione, ni dé directrices, ni grite, ni increpe, ni maldiga; no haga gestos que demuestren a su hijo que se siente decepcionado por su juego.

6. Respete a todas las figuras que participan en la comunidad deportiva: entrenador, árbitros, otros técnicos, jardineros…

7. Controle sus emociones. No se puede verbalizar todo lo que pasa por la mente. Las personas educadas no muestran incontinencia verbal.

8. Nunca hable mal de sus compañeros. Los otros niños forman parte del equipo. El objetivo grupal siempre está por encima del individual. Y hablar mal de sus colegas es hablar mal de la gente con la que comparte valores, emociones y un proyecto común.

9. Modifique su manera de animar. No se trata de corregir al niño, sino de reforzarlo.

10. No inculque expectativas falsas a su chaval, como decirle que es un campeón, que es el mejor y que si se esfuerza podrá llegar donde quiera.

La felicidad de los niños está por encima de todo. Siéntase siempre satisfecho con lo que haga, gane, pierda o cometa errores. Felicítele por participar más que por competir. Y recuerde que su hijo hace deporte para divertirse él, no para que lo haga usted.

Escrito por: Patricia Ramírez

Vía:El País

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